miércoles, 17 de febrero de 2010

El patito feo (versión simplemente yo)

Hoy quiero hablaros de un cuento, que en principio no me gusta mucho, porque primero discrima a alguien por su belleza y luego es aceptado por eso mismo. Y yo creo como en la Bella y la Bestia que la verdad y lo bello está en el interior... Pero, claro, yo estoy en contra de analizar los cuentos desde nuestra perspectiva de ahora, que si son machistas, que si son tal, porque pierden la magia.
Pero bueno, a lo que iba, este cuento que hoy reescribo se refiere a un patito feo real, en realidad a una patita fea. Esa pata nunca fue fea, ni sus hermanos le hicieron sentir eso, fue ella misma quien se hizo sentir así. Se veía fea y fuera de lugar, quizás se debía a su madurez y no a su físico, ella siempre iba por delante de los de su edad, siempre en mitad de sus dudas e indecisiones sabía muy bien lo que quería (y aunque le cueste admitirlo, sigue sabiendolo) por eso quizás no se sentía bien en ningún sitio.
Poco a poco, fue conociendo a otros patos y a otros cisnes (preferiero ponerme entre los cisnes, jajaj) que le ayudaron a creer en ella y a ver su reflejo. Tras muchos días, muchos tes, y muchas charlas, ella consiguió verse un cisne (aunque por culpa de su memoria de pez, a veces lo olvide). El problema estaba en conseguir hacerla volar, ella no se sentía capaz y creía (y a veces aún cree) que sólo lo lograría cuando un apuesto cisne se fijara en ella. Pero yo que soy un poco cabezota, quise enseñarle que podía volar sola, y que cuando fuera capaz de hacerlo y de disfrutar del cielo por ella misma, entonces un día llegaría ese cisne, sin que ella lo esperase.
Ella ha aprendido a volar y casi siempre lo hace muy bien, pero cree que lo hace gracias a mí, y ahora voy a explicarle el secreto, yo sólo hice como en el cuento de Dumbo darle una pluma y decirle que con ella podría volar, y ella me creyó y por eso vuela. Pero no me necesita, ni a mí ni a su pluma, porque esa pluma no tenía poderes, sólo volaba porque ella lo creía. Así que ese es el truco: SIGUE CREYENDO EN TI.
Este cisne se ha transformado de una manera tan brutal que todos lo han visto, ella que se conformaba, que no luchaba, que se dejaba llevar, ahora ha aprendido a poner límites y a hacer las cosas a su modo, y a no mirar atrás. Cada día es más mujer, cada día con las cosas más claras... Pero aún hay tantas cosas que no hace. Ella suele quejarse de su trabajo y de otras cosas, pero en realidad no las cambia, y yo creo que es por miedo a fracasar. Porque si fracasa vuelve a sentirse una pata fea, porque no ha comprendido, o no quiere comprender, que los cisnes están llenos de magulladuras producidas por intentos fallidos de volar (por fracasos) pero que son las cosas que más nos enseñaron.
Mi querida pata va siendo hora de volar de verdad y encarar la vida de frente, sé que puedes hacerlo y es más debes hacerlo porque te lo debes a ti misma. Se acabaron los proyectos sin terminar, o al menos sin empezar, empieza a andar todos los días, a tomarte en serio lo que te preocupa y a estudiar, puede que ese sea tu camino, puede que no, pero intentalo. Al menos te quedarás satisfecha contigo misma.
Sé que en el fondo, a veces piensas, ¿por qué si ya me esforcé y hice tantas cosas para ser un cisne, no encontré a mi compañero cisne? Y yo no tengo la respuesta, ojala la tuviera, pero sólo puedo decir que igual que en la pluma, creas en ello con todas tus fuerzas y un día llegara. Y lo sé porque solo hay que mirarte para prendarse de ti... Pero primero debes verte con mis ojos, y quererte tanto como yo te quiero....
Como imaginais este cuento aún no tiene final, pero en mis sueños, yo siempre la imagino sonriendo y feliz, sin importarle si es pata o cisne, porque ella ya sabe que es especial... y por supuesto la imagino con alguien que la quiera mucho, pero incluso si no llegará, sé que será feliz, muy feliz.

Y yo me alegraré de tenerte cerca, un besito....
Este cuento va dedicado a Eris