jueves, 12 de noviembre de 2009

¿A qué te cuelgo?

Este título del post está dedicado a mi Señor Patata, ya que es lo que siempre en broma acaba diciendome cuando hablamos. Y no ha terminado de decirlo cuando yo me rio sin parar, a veces tanto que se enfada y cuelga de verdad, para volver a llamar al segundo.
Estaba aquí en casa, porque tengo una gastronteritis que no me permite ir a trabajar y como el dolor y los vómitos ya han cesado, gracias al cielo, necesité un gotero para que eso fuese posible, pues me he dicho voy a escribir en mi blog. Pero ultimamente no sé muy bien de que escribir, porque sé que soy pesada con el tema del Señor Patata, pero entenderme, me llena de tantas emociones tenerlo en mi vida. Y ahora que toca fin de semana sin vernos, lo echo tanto de menos que no sé hablar de otras cosas... O bueno, realmente en mi vida sí que hablo de otras muchas cosas pero aquí me apetece, compartir con vosotros mi felicidad.

Así he pasado de ser una barriguita, a ser un Tuilater (que viene a ser una traducción muy literal de Crepúsculo) o a ser el Señor Spok (de Piedra, papel, tijeras, lagarto, spock, de la Magnifica serie The bing bang Theory)... En fin que así entre cosas que sólo nosotros entendemos y entre risas, sobretodo hemos hecho 4 meses. No voy a decir que todo es genial, ya que cada vez que nos separamos me pregunto si pasar por esto cada fin de semana merece la pena... si sentir de nuevo ese vacio merece la pena... Y siempre llego a la misma conclusión, aunque tenga una lágrima en los ojos, estar con él merece la pena. Porque aunque es verdad que mis fantasmas han vuelto, también es verdad, que nadie como él para espantarlos. Y es un poco como Shrek, espanta los fantasmas de una manera tan sencilla, tan real... A veces discutimos y yo pido unas disculpas super largas con un discurso super elaborado y cuando espero su contestación, él suele decir: "que más da, yo te quiero"... Y así sin más, sin palabras adornando las frases, sin explicaciones lógicas y sin nada, zanja la discursión, y yo siempre me quedo con un sonrisa en los labios y pensando !que suerte tengo!.
Así es como él ha cambiado mi vida, yo que soy super metafísica que siempre hago un castillo con un grano de arena, viene él y lo desmonta, lo simplifica, casi siempre con esa frase suya, que al principio tanto coraje me da, pero que luego sé que tiene toda la razón: "así es la vida". Y yo, le miro y pienso que razón tiene.
Yo que cuando viajaba hacia planes y planes... Y me agobiaba por hacerlos todos. He llegado a disfrutar de él sin hacer nada. Porque como él contesta invariable siempre que le pregunto, ¿qué quieres hacer'" Y él contesta: "Estar contigo, no necesito nada más" y me abraza. Y de repente mis prisas, mi stress, mi necesidad de controlarlo todo, desaparecen....
Es así como él ha cambiado mi vida, la ha simplificado, la ha hecho más fácil y sobretodo ha abierto mis puntos de vista. Por todo esto, me sale escribir sobre él, por todo esto y mucho más que no cuento porque es algo entre nosotros... Por eso, esto es para ti, mi niño grande... Un beso, te quiero.

martes, 3 de noviembre de 2009

Algo se muere en el alma....

Como dice una famosa canción de sevillanas, "algo se muere en el alma cuando un amigo se va"... Pero ¿qué pasa cuando son tres amigos? Y si en vez de irse, ¿simplemente cambia la relación?
Pues yo ya sé la respuesta a esa pregunta... Sientes un vacio. En mi caso, llevo "despiendome" de estas amigas, desde enero. Allí tuvimos una gran pelea y yo di por zanjada aquella amistad de años, porque hacia meses que parecíamos desconocidos, y aquello fue la gota que colmó el vaso. Pero hablamos y ellas y yo prometimos intentar arreglarlo.
No creo que fueran promesas vanas, pero sí que creo que las cosas estaban ya demasiado rotas y es como cuando pegas un jarrón que se ha caído al suelo, que ya no es lo mismo. Así hemos ido dejando pasar los meses, y cada vez nos hemos distancia más. Al principio busqué culpables, luego me culpabilicé a mí misma y me sentí fatal, sobretodo porque pensaba que no había luchado lo suficiente... Pero en Septiembre, cuando vino el Señor Patata y yo quedé con ellas para que lo conocieran, y al sentirme tan alejada, tan incómoda con ellas, descubrí que no había nada más que hacer. Y sobretodo que no había culpables, y si los había, no importaban. Fue como cuando miras a tu pareja y te das cuenta de que ya no hay nada que puedes hacer, que simplemente se ha ido el amor... Pues así, se fue nuestra amistad.
Ahora es tiempo de dar las gracias a Dios por los años compartidos, por las risas, por los momentos, de atesorar todo lo bueno y de no forzar más la máquina. Es cierto que no somos las que fuimos, pero también es cierto, que aún seguimos ahí y que, a veces, aunque sólo sea para recordar, podremos juntarnos de nuevo y seguir robándole al tiempo risas y buenos momentos...
Aunque eso no evita mi vacio, pero es normal, fueron mucho para mí y hoy no lo siento así, es muy duro reconocer esto, pero es así. Ahora toca aceptarlo, y pasar el duelo. Echaré de menos sentirme parte de esa pandilla, quizás la que más me ha dado en toda mi vida, pero hoy no soy aquella, ni creo que ellas sean las mismas.. Así que hoy ya, aunque quiera, no puedo volver a ser parte de un cuadrado... Hoy las dejo ir, sin rencores, y sabiendo que siempre me quedará el recuerdo y que no es un adios, sino un hasta luego. Esto no es un punto y final, sino un punto y aparte, pues aunque las cosas serán diferente, podremos seguir viendonos y si me necesitan, siempre contarán conmigo de alguna manera, aunque quizás sea eso lo que haya cambiado, ya ellas no cuentan conmigo, porque yo no formo parte de sus vidas. Y lo entiendo porque a mí me pasa igual.


Mientras escribo esto me parece estar escuchando de fondo la canción de Presuntos Implicados:

"Ah, como hemos cambiado
que lejos ha quedado aquella amistad...

Cada paso que se dio algo mas nos alejo.

ah, que nos ha pasado ?
como hemos olvidado
aquella amistad.
Y asi como siento ahora el hueco que has dejado."

En este post no me estoy refiendo a Eris, por si lo habéis pensado, pues ella sigue siendo, aún con más fuerza, un punto de apoyo incondicional.

Besos a todos