Ya llevo casi dos meses en Madrid, pero entre vacaciones, vueltas a casa (de mis padres) para arreglar papeles y para verlos, no había tenido tiempo de escribir, y la verdad tampoco ganas porque tenía demasiados sentimientos liados como para expresarlos.
Antes quiero contaros algo muy especial que me pasó poco antes de irme, mis compis de trabajo me hicieron otra despedida, también sorpresa y vinieron casi todos, me compraron muchas cosas para que los recordara y me "tunearon" un baby haciéndolo parecer de flamenca e incluso me hicieron una diadema que era un bizrrete de graduado. Es la primera vez que se hace algo así en mi cole por alguien que no se jubila, así que imaginaros la emoción. Cuando llegué al restaurante estaban todos con caretas con mi cara, jajaj y luego hasta trajeron un Drag queen que nos hizo reír sin parar. Así que ese es otro de los grandes momentos que me he traído conmigo en el equipaje.
Quizás otro de los más bonitos fue la boda de una de mis mejores amigas, allí estaba ella radiante fue un día genial y al terminar ya nos despedimos porque al día siguiente yo me venía, y por fin brotaron las lágrimas, lo cual me ayudó a llevarlo mejor.
Bueno pues a lo que iba, mi vida aquí es un cúmulo de sensaciones, es cierto que a veces (al principio muchas veces, ahora menos) echo tanto de menos a las personas que se me hace un nudo en la garganta (es duro cuando pienso que me gustaría tomar un té con Eris y no está, o cuando deseo estar con mi sobri o mis padres...) pero como he podido comprobar ellos vienen a verme y cuando he ido es todo como siempre, incluso mejor porque disfrutamos de cada instante y no perdemos el tiempo, pues todos somos conscientes de que sólo estaremos juntos unos días. También ha habido momentos en los que me he sentido muy sola, (eso ya no pasa, casi nunca) y momentos en los que he tenido miedo de no volver a encontrar trabajo. Por otro lado a veces he dudado tanto de si me decisión era correcta... he cambiado de opinión y de humor mil veces y he mareado al Señor Patata... Pero imagino que todo eso es normal.
Aunque por fin parece que encuentro luz al final del tunel, esta casa ya se ha convertido en mi casa, empiezo a conocer a gente por aquí para ir al teatro, a tomar café, y sobretodo disfruto de la compañía del Señor Patata. Durante un tiempo estaba tan asustada que casi lo olvidé, olvidé que Él era el motivo para estar aquí, bueno él no, nosotros. Y ese nosotros cada día me gusta más, ahora me descubro mirándolo y sintiendo ataques de amor (como diría una amiga mía). He aprendido a disfrutar de nuestros días juntos, aunque no hagamos nada, e incluso he aprendido a disfrutar de sus ausencias, que me permiten mis ratos de soledad.. Sí, quien lo iba a decir, yo disfrutando de la soledad... Pero así eso, creo que aún me queda mucho por aprender, pero por fin, vuelvo a tener la seguridad de que hice lo correcto.
Y a todas esas personas a las que echo de menos, ahora las quiero y las valoro más y sé que estarán ahí...
Besos a todos